Ser Harry Potter nunca ha sido tarea fácil, menos aun desde que se ha convertido en un atareadísimo empleado del Ministerio de Magia, un hombre casado y padre de tres hijos. Y si Harry planta cara a un pasado que se resiste a quedar atrás, su hijo menor, Albus Severus, ha de luchar contra el peso de una herencia familiar de la que el nunca ha querido saber nada. Cuando el destino conecte el pasado con el presente, padre e hijo deberán afrontar una verdad muy incómoda: a veces, la oscuridad surge de los lugares mas insospechados.
Han pasado diecinueve años desde la derrota de Voldemort y Harry se ha convertido en padre de tres niños. Su relación con su hijo Albus no va del todo bien, ya que Albus se siente alejado de sus seres queridos y fuera del legado familiar al no cumplir las expectativas. Eso lo llevará a querer a probarse a sí mismo e iniciar una aventura en compañía de Scorpius, mientras ignoran el verdadero peligro.

Como muchos me encontraba muy emocionada ante la idea de una secuela de Harry Potter, ya que la saga representa parte de mi infancia y adolescencia. No obstante, también tenía miedo, porque cuando tienes un concepto muy elevado de algo siempre hay dos opciones: o te fascina o no lo hace. Y debo decir que tristemente, pertenezco al segundo grupo.

Empezaré diciendo que no creo que el problema fuera que estuviera narrado en forma de obra de teatro, porque he leído obras de teatro y no se sienten tanto los huecos en la historia. Sí tuvo que ver que quisieran abarcar un gran período de tiempo en tan pocas páginas, pero hay grandes preguntas que nunca hallan respuesta.

Los personajes, salvo contadas excepciones, no encajan con lo que pensarías que sus progenitores les enseñaron y con esto me refiero a Rose, que se me hizo bastante detestable y dice muchas frases que no veo diciendo a una hija de Hermione y Ron. Me cuesta asimilar que no existe una buena relación entre Albus y sus hermanos y que, prácticamente, pasaron sin pena ni gloria.

Asimismo, el concepto en sí, la línea argumental de la historia, no es creíble. No quiero ahondar en ello porque no quiero dar spoilers, pero si la analizamos como debe de ser es poco sostenible. Comenzando con que, si hubiera sido posible, ¿cómo no se les ocurrió antes? De ahí, creo que gran parte del libro es fanservice e intentaron complacer a la audiencia dándoles vida a muchas de las teorías que tenían años que se venían comentando. Y si bien, hay varias que aprecio y con las que coincido, hubo otras que se sentían sumamente forzadas.

Pasando a los aspectos positivos, me quedo con toda la familia Malfoy, especialmente con Scorpius, ya que me gustó muchísimo que se le diera a la casa de Slytherin la posibilidad de redención y que pudiéramos ver a Draco en su faceta más dulce. Me quedo con la relación entre Scorpius y Albus, porque se nota el afecto y la verdadera amistad que existe entre ellos. Y finalmente, me quedo con los buenos momentos entre Hermione y Ron, que siguen siendo mi pareja favorita de toda la serie.

«En todo momento esplendoroso de felicidad hay una gota de veneno: la certeza de que el dolor volverá. Sé sincero con tus seres queridos, muéstrales tu dolor. Sufrir es tan humano como respirar».