El cuerpo sin vida del juez de paz y coronel retirado, Lucius Protheroe, aparece en el despacho del vicario de St. Mary Mead, un pequeño y tranquilo pueblo de la campiña inglesa. La esposa del coronel y su amante, un joven pintor, confiesan el asesinato. Sin embargo, su vecina, Miss Jane Marple, una anciana solterona con un profundo conocimiento de la naturaleza humana y una agudísima intuición, descarta inmediatamente su culpabilidad.

La hija adolescente del coronel, el neurótico coadjutor del vicario, que guarda un secreto que le atormenta, el doctor del pueblo, un exconvicto encarcelado por el coronel por caza furtiva y la enigmática viuda de un explorador a quien se ha visto discutir acaloradamente con el difunto, forman la larga lista de sospechosos. El inspector Slack, encargado del caso, no tendrá más remedio que aceptar, muy a su pesar, la ayuda de la analítica Miss Marple si quiere resolver este caso.
En un pequeño pueblecito de la campiña inglesa conocido como St. Mary’s Mead vive Leonard Clement, vicario del lugar, con su esposa Griselda y su sobrino Dennis. El pueblo se caracteriza por ser agradable y apacible y los días pasan sin que suceda nada extraordinario, hasta que uno de los feligreses, el sr. Lucius Protheroe, aparece muerto en la vicaría de un disparo en la cabeza.

Al poco tiempo, su esposa y el amante de esta confiesan el asesinato, pero sus testimonios no coinciden con los pruebas físicas y circunstanciales y salen libres de sospecha. No obstante, hay un asesino suelto y Miss Marple, una viejecita astuta gran conocedora de la mente humana, ayudará al Inspector Slack a resolver el misterio.
Cuando leí Un cadáver en la biblioteca comenté que me había costado mucho conectar con el personaje de Miss Marple, sin embargo, en esta novela conocemos sus inicios y la vemos interactuar y convivir con los habitantes de St. Mary’s Mead.

A lo largo de la trama, vamos viendo que al ser un pueblo muy pequeño, a la gente nada se le escapa. Las ancianas vecinas, amigas de Miss Marple, viven del cotilleo y en menos de 10 minutos ya todo mundo sabe que hizo este o aquel.

Por eso no es de asombrarnos que, cuando ocurre el asesinato, todas tengan algo que comentar. Hechos aparentemente triviales que serán necesarios para atrapar al culpable. Y Miss Marple, curiosa por naturaleza pero dotada de un mejor sentido común, sabrá darle forma a un embrollo que no tiene ni pies ni cabeza.

Para ello contará con la ayuda del Sr. Clement, párroco del lugar, quién será nuestro protagonista y se verá involucrado directamente. Además de la policía del condado como el Inspector Slack y el Coronel Melcheltt, que también veremos en otras publicaciones protagonizadas por Miss Marple.

Ya hablando de novela, debo admitir que me sorprendió gratamente. Jamás hubiera adivinado la resolución y fue fascinante ver cómo fueron atando cabos. Quizá me hubiera gustado tener un par de capítulos extra sobre el juicio y detalles posteriores, pero me encuentro bastante satisfecha.

Asimismo, una de las diferencias que he podido apreciar entre Hercule Poirot y Miss Marple es la forma en que son introducidos al caso. Hercule Poirot suele ser requerido para resolverlo, mientras que Miss Marple aparece ocasionalmente para compartir su opinión. Parece algo intrascendente, pero ese cambio de rol, hace que sintamos más vaga la participación de la anciana señora.

Eso sí, al estar ambientados en una comunidad, es fácil encariñarse con todos personajes. Principalmente, porque vamos a verlos una y otra vez y es un sentimiento reconfortante saber que en el futuro nos encontraremos resolviendo otro caso.

En general, el libro me ha atrapado desde el primer instante y sigue sumándose a los finales increíbles de la autora. Ha conseguido reconciliarme con su detective y seguramente seguiré leyendo libros protagonizados por ella.

«Mi querido amigo, usted no conoce el instinto detectivesco de la gente del pueblo. En St. Mary's Mead todos conocen los secretos más íntimos de su prójimo. No existe en Inglaterra detective alguno tan sagaz como una solterona que no tenga nada que hacer durante todo el día».

Agatha Mary Clarissa Miller, más conocida como Agatha Christie, fue una escritora y dramaturga británica especializada en el género policial, por cuyo trabajo tuvo reconocimiento a nivel internacional. Nacida en una familia de clase media alta, recibió una educación privada hasta su adolescencia y estudió en diversos institutos de París. Mientras se desempeñaba como enfermera durante la Primera Guerra Mundial, publicó su primera novela, El misterioso caso de Styles (1920), donde introdujo por primera vez el personaje del detective Hércules Poirot. Además de 66 novelas policiales, también publicó seis novelas rosas y 14 historias cortas bajo el seudónimo de Mary Westmacott, e incursionó exitosamente como autora teatral, con obras como La ratonera o Testigo de cargo.

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