| Título: La Corona | Título Original: The Crown | 

| Autor/a: Kiera Cass | Serie: La Selección #5 | Editorial: Roca Editorial |
| Traductor/a: María Angulo Fernández |
★★★☆☆

En La heredera, se inició una nueva era en el mundo de La Selección. Han pasado ya veinte años desde que America Singer y el príncipe Maxon se enamoraron. Ahora le toca el turno a su hija Eadlyn, quien tendrá que escoger entre treinta y cinco pretendientes, y está más que convencida de que allí no encontrará el amor verdadero. Pero el corazón a veces hace de las suyas y nos sorprende, y Eadlyn se verá en una encrucijada en la que deberá tomar la decisión más difícil e importante de su vida.

El mundo que Eadlyn conocía se ha hecho pedazos: su hermano Ahren se ha casado en secreto y se ha ido a Francia, mientras que su madre está bastante delicada de salud y su padre está a punto de venirse abajo de la tristeza. Por ello, Eadlyn deberá acelerar el proceso de Selección y elegir a la persona con la que pasará el resto de su vida. No obstante, hay gente esperando sacar beneficio de la situación y nuestra princesa deberá luchar por el lugar que le corresponde.

Después del final de La Heredera tenía muchas ganas de saber qué iba a pasar con Eadlyn y compañía. Y en esta quinta entrega, nos vamos de lleno a la acción. America se encuentra al borde de la muerte después de sufrir un paro cardiaco y Maxon se niega a alejarse de su lado. Debido a ello, Eadlyn deberá asumir mayor responsabilidad y decide reducir a sus candidatos a la élite. A partir de ese momento, la vemos lidiar con los asuntos del reino, su familia y su vida personal.

Eadlyn ya no es la misma chica que inició la Selección. Ha pasado por mucho en muy poco tiempo y se ha dado cuenta de que gobernar no es tan sencillo como pensaba. Y ese cambio me ha gustado bastante. Sigue teniendo sus momentos demasiado egocentristas, pero en esencia, ha mejorado. Por parte de los seleccionados, al ser menos es obvio que algunos van a sobresalir más y los tres que se roban nuestro corazón son Kile, Henri y Eikko.

No les quiero contar más en ese aspecto, porque parte de la trama se centra en descubrir con quién se va a quedar Eadlyn, pero debo decir que, aunque me gustó su elección, me faltó trasfondo para creérmela. Honestamente, ambos tienen tan pocas escenas que cuesta creer que un vinculo tan profundo se hubiera creado entre ellos. Me hubiera parecido más realista que se quedara con otra persona, pero ahí ya influye el gusto de cada quién.

Ya hablando de la trama, siento que la autora intenta abarcar demasiado y no logra desarrollar al cien por ciento ninguno de los temas. Por un lado, tenemos el aspecto político. La gente sigue molesta y no para de manifestar su descontento. Por otro, hay una persona intentando apoderarse del trono y manipula a la prensa y los medios. Con todo eso, no es de extrañarse que la Selección pase a segundo plano y no tengamos tiempo para conocer mejor a los seleccionados.

Asimismo, hay situaciones bastante incongruentes. Mientras Eadlyn actúa como reina regente nadie supervisa sus decisiones ni la aconseja en su trabajo. Maxon es el rey, pero su papel es prácticamente inexistente. La mitad del libro se la pasa cabizbajo y decaído y no guarda parecido con el Maxon trabajador y proactivo de las primeras tres entregas.

El final es demasiado conveniente. En menos de dos capítulos se resuelve todo el conflicto y Eadlyn elige a su príncipe azul. En ese sentido, me hubiera gustado tener un epílogo o al menos un desenlace más largo. Sé que en algunas ediciones en inglés hay un epílogo extra, pero la traducción en español no lo tiene, así que en este enlace pueden leerlo si les interesa.

En general, ha sido una novela que he disfrutado bastante. Es entretenida y el ritmo es fluido. No está a la altura de la trilogía principal, pero se lee rapidísimo e hizo muy feliz a mi corazón de fangirl. Me encariñé con varios de los personajes y me sorprendió el crecimiento de otros. La recomiendo si tienen ganas de regresar a Illéa y continuar con la historia que comenzó con Maxon y America. 

Para mí siempre serás Eadlyn. Y siempre serás la reina. Eres especial para todo el mundo. Y, para mí, eres infinitamente especial.